Nota: 8,5/10
El furor que despertó Nolan al resurgir la historia del
hombre murciélago allá por el 2005 (hace 7 años) y se desbordó en el 2008 con
la presencia de uno de los villanos más psicópatas que ha entregado el cine,
llegaba a su fin este año con el cierre de una de las mejores trilogías que se
han rodado en el séptimo arte. ¿Exagerado? No lo creo, aunque cada uno tiene su
opinión, para mí, lo que logra Nolan con el nuevo Batman es una hazaña completa
que pocos directores estarían comprometidos a hacer y que les salga un buen
resultado.
Si me pongo a repasar brevemente las últimas cintas de
Batman, llego a la conclusión de que las tres son meritorias de elogios. En
Batman Begins nos trasladábamos al origen mismo de toda la pasión desbordada
por el hombre murciélago en una película que si bien no llega a ser tan
emocionante como sus predecesoras, es muy sobria y marcada con un estilo
elegante e inteligente. Con The Dark Knight Nolan se consagró como el
reinventor de un género en decadencia (los que me conocen saben que no soy muy
dado a los cómics o superhéroes, más al drama o cine independiente, pero lo que
realiza Nolan es sumamente notable) y me hizo enganchar de por sí a su cine. Y
finalmente llega la cereza del pastel con The Dark Knight Rises que se ha
llevado críticas y elogios por doquier (en realidad más alabanzas que lo otro)
y que sin duda deja satisfecho a más de uno (en los que me incluyo).
The Dark Knight es fantástica como cierre de una trilogía;
Nolan construye un final épico (sí, épico) en el que el orgullo podría ser la
base principal de todo el montaje de efectos argumentales y técnicos para
consolidarlos en la pantalla. La última batalla es tratada como legendaria, ya
no solo por tratarse del mayor villano que haya enfrentado Bruce Wayne, sino
por todo el peso que lleva en sí su personaje, tanto física como
psicológicamente. The Dark Knight Rises puede
ser tomada como una película más de superhéroes, pero en realidad es la
introspectiva a un ser humano atormentado por los recuerdos y en una fase casi
terminal de su carrera, en el que ha sembrado ilusión y odio a toda una ciudad.
La creación y transformación (evolución) de este personaje oscuro y más real
que cualquier otro es debido al toque que le brinda Nolan, un toque denotado no
por superioridad física o intelectual, sino por determinación y un leve deseo
de venganza.
La película está compensada con el equilibrio necesario para
gustar o disgustar de acuerdo a los motivos por los que vayamos a ver el film:
si queremos encontrarnos con pura acción esta no es la película (en realidad no
es el estilo Nolan), porque la primera parte en su mayoría está cargada de una
prosa dramática exquisita, que crea el ambiente preciso a lo que vendrá. La
llegada de nuevos personajes al entorno Batman no es confusa ni superficial,
sino plagada de propósitos que se cumplirán en la película. Por citar un
ejemplo la ambigüedad de Gatubela está tratada con excelencia en una Anne
Hathaway soberbia, y la incapacidad de moralismo en Bane retratado de manera
notable en Tom Hardy.
En The Dark Knight Rises se siente por primera vez una
vulnerabilidad exagerada en ciudad gótica y el pavor es transmitido no solo a
sus ciudadanos sino al espectador quien contempla el film.
Por su parte las interpretaciones de los personajes están
asumidas muy bien, logrando que la película sea aún más disfrutable por la
credibilidad que denota. Y al igual que en las anteriores partes, la banda sonora juega un papel preponderante en el desarrollo de la trama y ésta aquí no se queda atrás.
En definitiva este es un gran logro, ya no solo por tener el sello Nolan que se ha ganado miles de seguidores alrededor del globo, sino por reinventar un género en decadencia. No tengo dudas que cuando se hable de la cúspide de este género de cómics o super-héroes todos levantarán cabeza pensando en lo que hizo Nolan con un tal hombre murciélago.
En definitiva este es un gran logro, ya no solo por tener el sello Nolan que se ha ganado miles de seguidores alrededor del globo, sino por reinventar un género en decadencia. No tengo dudas que cuando se hable de la cúspide de este género de cómics o super-héroes todos levantarán cabeza pensando en lo que hizo Nolan con un tal hombre murciélago.