Siempre he creído que el cine debe ser mucho más que un mero entretenimiento. Para mí, el cine es el portal que comunica emociones a distintos niveles, expresa ideas, refuta acciones, lanza críticas, es un espejo de la realidad, o bien de los deseos. Por eso cada vez que me encuentro con películas que buscan más allá de ofrecer un mero divertimento por unas cuantas horas, me detengo a observar las virtudes que en ella se encierran. Claro está que es fascinante descubrir un film capaz de entretener lo suficiente y entregar una excelente reflexión sea cual sea su tema; pero soy amante de ese cine que presenta la vida, su esencia, la cotidianidad de la misma, la sencillez que a veces desborda, o los difíciles y estremecedores hechos que también se producen. Sí, hoy en día existen creadores (directores o guionistas, o ambas cosas a la vez) capaces de ofrecer productos dignos de elogios porque transitan por la humanidad y entregan lo que contemplan de ella sin dar lugar a concesiones. Siempre me he considero un admirador de la reciente (o no tan reciente, vamos) frialdad europea. Austriacos, daneses, rumanos, directores del llamado Viejo Continente que nos han sacudido con historias sórdidas que retratan la dureza de la vida, y tocan temas de complicada disección pero el resultado casi siempre termina (al menos para mí) elogiable. En América Latina nos encontramos con la ex-dupla Gutiérrez Iñárritu - Arriaga, que antes de su "divorcio por diferencia de intereses" nos brindó una trilogía magnífica sobre la muerte, la comunicación, la religión, el amor. Amores perros, 21 gramos y Babel nos ofrecían el lado de la vida más difícil de ver, más de una vez terminamos ahogados en la depresión porque la dureza de las historias eran transmitidas con mucho arte y mucho realismo. Pero Asia, ese continente de contrastes, también ha contado con grandes nombres tras las cámaras capaces de transmitir la sencillez y dureza de la vida misma. Uno de los contemporáneos es el propio Lee Chang-Dong (Poesía) y otro el que nos respeta en el post de hoy, Hirokazu Koreeda (Kiseki) que hace ya 9 años ofreció una de sus mejores obras, "Nobody Knows".
El film nos cuenta cómo una madre abandona a sus cuatro hijos (hijos de distintos padres) y encarga al mayor de ellos el cuidado de sus hermanos hasta que regrese. Deja un poco de dinero y luego se marcha. Los niños deberán enfrentarse a la vida dura que les tocará afrontar en su desamparo.
"Nobody Knows" desde el inicio anuncia que es un film basado en hechos reales pero sus personajes son ficticios. Desde ese instante muchos quizás puedan echarse para atrás, pero resulta que Koreeda sabe transmitir historias verídicas sin rozar lo absurdo o lo irritante de un asunto tan escabroso como el que esta cinta plantea. Lo cierto es que, "Nobody Knows" es un extraordinario relato sobre el desamparo y la soledad paternal, una película llena de poesía en su metraje y que presenta a su vez una difícil realidad en las sociedades contemporáneas. El film habla sobre la irresponsabilidad parental desde muchos aspectos: una madre que vive más para su novio que para su propia sangre y que para conservar el cuarto del edificio que rentan dos de los niños tienen que ingresar escondidos en las maletas de su madre; a eso se le suma el hecho que ninguno de los niños estudia en la escuela o colegio. Koreeda estudia a los personajes con una sutileza increíble: el mayor, Akira (interpretado magistralmente por Yûya Yagira) tiene el sueño de jugar béisbol pero eso se ve truncado por el temprano llamado a hacerse cargo de sus hermanos. Kioko por su parte (una de las hermanas) observa cómo pasa el tiempo y ve terminadas sus esperanzas de aprender a tocar el piano. Son niños a quienes se les arrebata la oportunidad de ser niños, de ir a la escuela, de disfrutar de la vida, de hacer travesuras sin importar qué o quién esté mirando. Deben permanecer en el anonimato, en las tinieblas, no existen para la sociedad, se les quita la identidad. Pero Koreeda no abusa del tratamiento ni cae en explicaciones sosas o melodramáticas, por el contrario todo fluye con un temple equilibrado y un ritmo, eso sí, muy pausado, lento pero elegante. Los niños no entienden qué está sucediendo porque viven de esperanzas, de sueños e ilusiones, que un día su madre regresará; no sufren porque tratan de aferrarse a esa magia que solo en la infancia es posible construir. Akira, quien ya no es niño, sino un adolescente ve forjada en él una constante evolución. Obligado a ser jefe de su hogar y vigilar por las cuentas, los gastos, las compras, etc., se cansa en determinado momento de ser un sirviente más y tratará de disfrutar su adolescencia como siempre lo quiso. Eso conducirá a problemas y poco a poco la relación con sus hermanos pasará a un segundo plano hasta que la vida nuevamente se encargue de hacerlo entrar en razón.
"Nobody Knows" duele por su realismo y por la franqueza de sus hechos. Nada suena a impostado, todo fluye con una naturalidad pasmosa. Hay empatía sí, con los personajes, por su entrega y el compromiso que los pequeños intérpretes ofrecen; ellos crean su propio mundo, su propia vida sin la guía o dirección de los padres, crean sus reglas, se ajustan a sus realidades, tratan de sobrevivir cómo pueden. Aun cuando se presentan los momentos difíciles siguen unidos y con esperanza, una sonrisa siempre está en el rostro de ellos (contrasta con las sensaciones que la audiencia experimentará al presenciar cómo poco a poco los suministros empiezan a escasear). Koreeda ofrece un bocado cinematográfico de altura que salpica el panorama actual (aun hoy es referencia) y expresa con efervescencia su crítica, sencilla pero con alma.
Acompañada de una melodía necesaria en momentos claves que aúnan y refuerzan el concepto de "poético" (siempre le doy una importancia vital a la música o a la no música en un film), "Nobody Knows" brilla por su idea, su planteamiento y el resultado final, comprometido siempre con la realidad, ajustado a hechos, quizás sin presentar a culpables en un 100%, pero que el público intuye y es quien dictamina la última palabra.
Un film precioso que hoy en día vale mucho.
Coincido contigo en que el cine 'comunica' y llega a muchas personas. No he visto esta película.
ResponderEliminarNo veo mucho cine asiático quizás porque me cuesta bastante entender una cultura tan radicalmente diferente, sin embargo no quiero decir que no me guste. Lo poco que he visto me gusta.
Tomo nota de esta que hoy propones.
Saludos.
La verdad que la cultura japonesa es muy diferente, igual la coreana y china. Pero que el cine nos permita explorar esas culturas es una gran oportunidad para acercarnos al "otro lado de la moneda". Te recomiendo este film, muy precioso. Un abrazo Manderly! ^^
EliminarPues la vi en el cine cuando se estrenó y aunque eso fue hace tiempo, recuerdo que mis impresiones eran bastante similares a las tuyas. Tierna y dura, no me importaría volverla a ver un día de estos.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que tengas un buen recuerdo de ella. Si bien ya tiene casi 10 años desde su estreno su crítica y llamado de atención sigue vigente para la sociedad actual. Un abrazo Mara!
EliminarNi idea. Me confieso una total ignorante; ni he visto la película, ni he oído hablar de ella siquiera. Pero lo que cuentas y tal como lo cuentas despierta la curiosidad y las ganas de verla a cualquiera, desde luego. Tomaremos nota.
ResponderEliminarSaludos.
Y te digo Nury que vale la pena, una película absolutamente hermosa, llena de vida y que nos hace reflexionar. Un abrazo.
EliminarDaniel
ResponderEliminarme has convencido del todo,me interesa el tema y la manera en que está expuesto.Apunta ser un film sensible y a la vez duro.No puedo perdérmelo,así que me pongo a buscarlo desde ya.
Un abrazo!
Me alegro Troyana :) Creo que no te arrepentirás, el film trata un tema duro pero bastante sensible a la vez, lo hace con elegancia y un toque de frescura. Bellísima propuesta. Ya nos contarás, un abrazo.
EliminarRecuerdo Nadie Sabe en la Seminci de aquel año. Creo que prácticamente todos nos levantamos a aplaudir. La película de Koreeda nos unió. A todos, tan diferentes, como extraños. Es lo que tiene el cine. Como dices en la entrada, a parte de entretener que para eso se inventó, si luego nos ofrece arte e historias que nos tocan las entrañas pues mucho mejor.
ResponderEliminarLa delicada poesía del japonés está presente en toda la película. Siempre me queda la duda de con cual me quedo, si con esta o con Caminando. Al final, con las dos. Grandes películas.
Por cierto, que pena lo de Iñárritu y Arriaga. Por lo menos nos dejaron una trilogía inolvidable.
Un abrazo!
Lo que cuentas entusiasma Antonio :) Creo sin duda que el film tiene esa capacidad de arrastrar masas, tocar nuestra sensibilidad y unirnos. Aún debo ver "Caminando", pero desde ya auguro que será otro espectacular visionado. Cada vez admiro más (ya lo hacía, pero siempre la admiración crece) a estos genios orientales. Sí, la verdad es una pena lo de la separación Iñárritu-Arriaga, pero su legado aun sigue vigente y seguro que por muchisimas generaciones mas.
EliminarUn abrazo!!
Gracias Félix :) Ojalá y la encuentres y te des un tiempito para verla, que creo lo merece. Un abrazo.
ResponderEliminarRecuerdo que tuvo buenas críticas, yo de este director vi hace un tiempo la de "Still Walking", que también habían puesto bien pero que a mi me dejó bastante frío. Le daré una oportunidad a ésta. Además últimamente estoy viendo bastante cine japonés, de hecho acabo de empezar la monumental trilogía de "La Condición Humana" de Masaki Kobayashi. Diez horas en tres películas, ahí es nada.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Yo pronto me daré mi tiempo para "La condición humana", que está en mi lista, por supuesto. Aun no veo "Still Walking" pero ganas no faltan. Trata de darle oportunidad a esta y saca tus conclusiones :) ¡Un abrazo!
EliminarMe uno al club de fans de Nobody knows, aunque mi favorita de Koreeda es Still walking, ¿la has visto? Un cineasta que a mi parecer es bastante irregular y en muchos casos no sabe rematar sus películas pero que tiene algunas joyas indiscutibles, como la que hoy brillantemente nos enseñas y que yo vi en un festival, en pantalla grande, en el momento de su estreno sin saber a que me enfrentaba. Imagínate...
ResponderEliminarUn abrazo.
Aun no he podido ver "Still Walking" David, pero ya está entre mis próximos visionados :D Hay muchas películas de Koreeda que son un regalo delicioso para los sentidos, con Kiseki creo que retomó el rumbo. Imagino lo grandioso que fue verla por primera vez y salir muy satisfecho del cine :D
EliminarUn abrazo!!!
Hola Daniel, venia a comentarte la película que he visto. Yo creo que aunque muchos la aclaman es algo pesada y se alarga demasiado, cae un poco pesado el hecho de que Koreeda no sabe condensar el tiempo y su lentitud agobia, pero como retrato conmovedor sobre el abandono claro que te llega al corazón. Los niños muy bien interpretados, y es interesante ver la pobreza en un país como Japón al que no solemos asociar ya que cuando sacan aun lco o vagabundo lo hacen en tono risible, no los veo muy de crítica social en ese sentido, pero Koreeda siempre lo es. Te recomiendo Air doll de él, a mí me encantó. Y quería invitarte a que me visites en mi blog, hace tiempo que no lo haces, para compartir de cine como antes. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mario, pues es verdad que el film es largo, pero el transcurrir de la historia al menos en su parte central me pareció bastante bien lograda. Aun debo ver mucho de cine de Koreeda, pero me apunto "Air doll". Si visito tu blog, lo que pasa es que a veces no me da tiempo el comentar, trataré de hacerme notar :)
EliminarMuy interesante Daniel. Lapelícula y tu texto, al abrigo de una cultura que hay que conocer mejor para saber aprecisr todos sus matices, lo cual no es mi caso. De todas formas, esto es un lenguaje universal. Y la historia atrapa, es densda y con una forma de narrar nada estereotipada que se agradece. De las que no se olvida. Un abrazo
ResponderEliminarMuy cierto Victor, es muy complicado hablar de una cultura de la que desconocemos mucho, pero como dices Koreeda lo expresa con un lenguaje universal, con el toque y el sentido de un drama capaz de cautivar y conmover. Imposible olvidar :)
EliminarUn abrazo.
Noto que hace mucho no haces nuevas entradas en el blog, pero no puedo evitar compartirte (sea que estés leyendo o no) lo muy linda y acertada de tu crítica. Nobody knows es una película que se tatúa lento pero seguro, con la elengancia que mencionaste. Fue el primer trabajo que vi de Hirokazu, con excelente primera impresión para querer ver otros films de él. Un placer haber leído tu review, espero que más personas se animen a ver Nobody knows después de leerte :). Saludos desde Venezuela.
ResponderEliminar¿Dónde la puedo ver? Llevo un buen tiempo buscándola :c
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