9/10
La pasión por la música es algo innato que poseen ciertas personas. Es una carga emocional que les hace redondear todo lo que tengo ritmo, melodía o armonía y por supuesto perfeccionarse en algún instrumento musical, o algunos. Lo digo por experiencia. La percusión ha sido desde siempre algo que me ha llamado la atención. La adoro. Conozco a los grandes bateristas del siglo XX, he comprobado a través de la historia sus gigantescos pasos (o no tanto) para convertirse en quienes son hoy en día: auténticas leyendas. Ahora bien, para ser el mejor hay que caminar por el largo camino de la práctica, por más que se tenga el talento quien no participa de su tiempo en la consecución de largos intervalos a solas con su instrumento no espere a obtener la suficiente capacidad de dominio a diferencia de quienes sí invierten mucho tiempo para desarrollar lo que poseen como talento.
También es cierto que hay una línea muy fina que separa el esfuerzo de la obsesión. Y de eso va el film que he visto muy recientemente y se ha colocado de pleno al listado de películas favoritas del año.
En "Whiplash", film de Damien Chazelle se nos narra un episodio en la vida de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, cuyo objetivo primordial es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven. La pasión de Andrew por alcanzar la perfección se convierte en obsesión, al tiempo que su despiadado profesor lo lleva al límite de su capacidad y de su salud mental.
"Whiplash" es un film absorbente, totalmente apasionante, eufórico, lleno de energía, de sorpresas, que hace vibrar nuestras mentes a ritmo preciso y constante, dándonos a beber sorbos lentos hasta brindar un clímax impresionante, al que solo se le puede aplaudir aun sosteniendo nuestro aliento mientras nos recuperamos de la experiencia vivida. El film es un drama psicológico potente, oscuro, que nos habla sobre la obsesión y los límites de la perfección, esa barrera tan fina que hay entre perseverar por ser el mejor y volverse un maníaco por alcanzar el estatus de la fama. Posee un guion provisto de escenas llenas de mucha energía y sobre todo la presentación de dos personajes imposibles de olvidar; dos seres que se abandonan a su vasta pasión musical y se enfrentan por sus intereses. Por un lado está Andrew, un joven callado, apasionado a lo suyo, que tras varios intentos podrá ser parte de la banda que dirige el profesor más estricto del conservatorio donde estudia. Él es el claro prototipo de la lucha irascible por ser el mejor, ese aliento de competitividad se percibe a cada instante la película. Chazelle denota franqueza en cada ángulo, y aun en lo siniestro de su historia nos habla sobre cómo actúan los seres humanos frente a la competencia y cuando sentimos que nuestro estatus empieza a tambalear tras la presencia de otro que amenaza con arrebatar el trono ganado con esfuerzo y perseverancia. La mezquindad, la envidia, el orgullo, se vuelven en los pilares que algunos manejan para tratar de construir esa barrera que hace imposible penetrar a su mundo. Andrew se verá obligado a cambiar sus hábitos, sus otras necesidades para poder cumplir con el cometido de ser lo que anhela, y poco a poco, y a vista nuestra se irá transformando en un ser distinto, enfermizo, capaz incluso de sacrificar su salud para no dejarse quitar lo que a su criterio le pertenece.
Por otro lado está Fletcher, el temido profesor, un hombre de apariencia atroz, temeraria y obsesiva; aquel que es capaz de percibir el miedo con una sola mirada, un hombre osado, grosero, con unos métodos de enseñanza terribles, que promueven la búsqueda en exceso de la perfección a sus estudiantes; sumamente desconfiado, imposible de ver fragilidad en él. J.K. Simmons le da vida a su personaje haciendo el papel de su vida, que no solo pasará a ser recordado este año, sino seguramente será de referencia para futuros papeles, porque lo borda. El antagonismo que profesa es grosero, bestial y sencillamente genial. No hay un ápice de camuflaje, asume su rol con una entereza brillante, haciéndose odiar, cumpliendo así su objetivo. Miller Teller, quien interpreta a Andrew, es otra entera revelación. Su evolución en la película es ejecutada perfectamente. Interpreta su personaje con gran seguridad y dominio del papel, una actuación que merece mucho más de lo que por ahora ha cosechado.
El film también, además de retratar de manera oscura el enfrentamiento entre estos dos personajes luchando por ser los mejores en sus áreas, muestra la mirada familiar ante aficiones 'no tan profesionales'. Andrew debe convivir con las indirectas de sus familiares quienes critican un oficio, que para ellos no será recordado. Pero él piensa diferente. Andrew no solo está obsesionado con ser el mejor baterista de su instituto, sino el deseo de quedar impregnado en las páginas de la historia como un músico ampliamente reconocido. El precio de la fama y la preocupación por sellar su imagen y caminar por encima de la 'normalidad' lo llevarán al borde del colapso y solo existirá una ínfima posibilidad de salir vivo de ella. Recuerda un poco a "Black Swan", film de Aronofsky, pues se asemejan en igual proporciones a la búsqueda incansable de ser el mejor en lo que hacen, aunque el tratamiento de ambas historias son muy diferentes.
Un film con un montaje colosal y la construcción de una historia in-crescendo finalizando hacia un clímax, que a quienes nos apasiona la música será una auténtica delicia. Los solos de batería son impresionantes, y seguramente aun a quienes no les apasiona, se verán envueltos y magnetizados por los golpes percutidos y vibrantes que emiten las baquetas sonando sobre los platillos y tambores. Una experiencia sensorial fascinante, espectacular, viva.
La recomendación del mes, sin duda alguna.
Muy buena reseña. Con ganas de verla.
ResponderEliminarGracias. Espero que no te desilusione.
EliminarSaluos!
Entrada estupenda, dani. Es posible que la vea mañana si la estrenan en mi ciudad. Te iba leyendo y pensaba en pelis como Cisne Negro (a la que después citas) o La Pianista en esa búsqueda de una perfección (y reconocimiento, fama), presionados por otros, que puede causar desequilibrios mentales en unos personajes atormentados por la presión que supone el objetivo marcado. Esta peli fue la ganadora en Sundance. Un abrazo y gracias por la crítica.
ResponderEliminarEspero que también tengas,al finalizar su visionado, la misma opinión que mantengo sobre el film. Su atmósfera absorbente quita el aliento. Y sí, psicológicamente también tiene algo de esa maravilla de Haneke.
EliminarUn abrazo Javi.
Estupendo lo que cuentas. No creo que me la pierda.
ResponderEliminarSaludos.
Espero que te guste tanto como a mí. Un abrazo Nury.
EliminarTe iba leyendo y me estaba acordando de "Cisne negro" hasta que veo que la mencionas.
ResponderEliminarLógicamente,has despertado,una vez más mi curiosidad,
buena reseña Daniel,
un abrazo!
Hola Troyana. Gracias. Debes verla, creo que te va a gustar. El parecido a Cisne Negro es muy alto, pero la forma de narrarlo tiene otro matiz. :)
EliminarUn abrazo :D
Tremenda. Apasionante. Desde su primera escena te atrapa, nunca tienes muy claro hacia donde va la película pero sigues ahí disfrutando, hacia el final vuelve a sorprenderte y esa escena final...fantástica. La actuación de J.K Simmons es enorme, se lleva la mitad del crédito con su histrionismo.
ResponderEliminarFabulosa película, la típica que sabemos no ganará el Oscar pero debería (como "Her" el año anterior).
Saludos
Esteban
http://politocine.blogspot.com
Totalmente, es mi favorita junto a Birdaman. A ver qué pasa en la gala de los Oscar.
Eliminar¡Hola! Me ha encantado tanto la entrada como la película, totalmente. Mis felicitacines.
ResponderEliminarhttp://atlantic-daisy.blogspot.com.es/
¡Gracias y bienvenida!
EliminarUn saludo.
Hola! me pregunto por qué no le pusiste el 10.
ResponderEliminarDe igual manera me recordó a Black Swan. Aveces se confunde la pasión con la obsesión y es allí cuando permitimos que entren personajes desequilibrados a nuestra vida cosa que no sólo nos puede causar daño sino que podría sacar lo más oscuro de nuestro interior. Da miedo no?
Al rebasar nuestros límites que quedaría de nosotros?
Genial drama psicológico.
http://hoyviunapelicula.blogspot.com/
Totalmente de acuerdo con lo que dices.
EliminarNo le puse el 10, bueno cosas mías. Aunque es de lo mejor indudablemente que vi de lo cosechado el año pasado. Un abrazo!
Buenas,con todo respeto, la película es interesante, nunca aburre, digamos que invita a uno a interesarse por la historia y eso es un mérito sin dudas. Ahora, decir que los solos son impresionantes es un chiste. Y ahi esta la flaqueza de la pelicula. Me extraña, uno pensaria que los yankis son mas prolijos en investigar y asesorarse cuando se embarcan en estos proyectos. Pero para nuestro tiempo y con la supuesta exigencia académica del conservatorio retratado, las técnicas y los recursos y despliegues que hace el músico protagonista atrasa por lo menos 50 años. No es ni por asomo el nivel de excelencia o virtuosismo que tienen un músico de jazz hoy.E inclusive con la cuestion de montaje hay varios pifies, si conoces a Buddy Rich (el ídolo del protagonista) mas pifies vas a ver, por ej en la distribucion y ajustes de la batería. Y por supuesto lo peor es el intento de realismo que se pierde absolutamente cuando el baterista sangra y mancha todo el redoblante??? Una estupidez enorme, al ser tan poco atrayente para audiencias masivas el estudio del instrumento y el desafio intelectual, lo transforman en una proeza fisicia como si estudiara kung fu. Como pelicula insisto me parecio buena, atrayente, que nunca se apaga ni aburre. Pero no dista demasiado de otras peliculas menores de la onda "Flashdance"
ResponderEliminarTodo el elenco de esta película hizo un papel muy bueno, desde Miles Teller hasta J.K Simmons quien sin duda dio toda la esencia a Whiplash con su increíble actuación.
ResponderEliminarHe venido a dar a tu blog buscando críticas sobre ésta película y me ha encantado, ya está entre mis favoritos. Apenas anoche vi la película y por supuesto me ha encantado, cinematográficamente hablando me ha parecedio estupenda, por supuesto...pero la historia en sí, no estoy muy segura, no puedo dejar de sentir que es otra más cargada de clichés sobre lo que es llegar a ser un músico de altos vuelos, por cierto, que ha mi me recordo mucho a la estupenda "Shine"...¿Recuerdas alguna película en la que el tratamiento sobre éste tema sea diferente? Es decir, por supuesto el talento no es nada sin disciplina y perseverencia, pero de eso a enloquecer y sobre, dejar de difrutar intensamente lo que se hace, hay un trecho largo...de hecho en Whiplash ame la escena en la que el alumno ve al maestro tocar en el bar...de eso se trata, de hacer lo que uno hace con excelencia pero sin perder el placer de hacerlo en el camino.
ResponderEliminarSobre Whiplash te recomiendo leer ésto:
http://www.sinembargo.mx/22-02-2015/1255539