Dos grandes musicales de la ultima decada.

Corría el año 2001 cuando el cine contemporáneo veía el renacimiento de uno de los géneros que se habían olvidado ligeramente, pero que había sido transcendental en los primeros pasos del cine sonoro como tal. Me refiero al género musical. Ya eran lejos los días en los que las grandes parejas como Fred Astaire y Ginger Rogers brillaban en la pista con sus números musicales, o la época en la que grandes historias se plasmaban a través de hermosas canciones llenas de sentimiento y emoción (Sonrisas y Lágrimas, Cantando bajo la lluvia, Mary Poppins, Funny Girl, Mi fair lady, West Side Story, entre otras).
El encargado de revivir este género casi desaparecido fue el director Baz Luhbram con Moulin Rouge una película que nos hablaba de una hermosa historia de amor entre una dama de compañía y un pobre escritor. La película con el estilo muy versátil y poco convencional de su director logró adjudicarse la medalla de honor en cuanto a la recreación de un film difícil y algo complicado de realizar. Las canciones, números musicales, coreografías, melodías, ambientación, fotografía, vestuario, edición, sonido y muchos aspectos más cumplieron con su labor. La película es un canto al amor. A pesar de un final trágico, la sensación de haber podido disfrutar de un film lleno de mucho sentimiento y emoción se queda impregnado inmediatamente en la mente del espectador. Nicole Kidman y Ewan Mcgregor lograron transmitir esa magia de pareja tan escasa en muchos largometrajes. Moulin Rrouge es un musical poderoso, creativo y muy original. El género musical no pudo haber renacido de la mejor manera.

Pero el género no volvió a desfallecer. Al año siguiente, Chicago (adaptación del musical de Broodway), hizo lo suyo y afianzó el género en lo más alto con su proyección. La película nos cuenta la historia de Roxie Hart y Vella Kelly, dos presas que deberán buscar la libertad para cumplir sus sueños de ser exitosas y afamadas, pero su fama se acrecienta dentro de la prisión, concibiendo así la esencia de una ciudad que se mueve en lo sensacionalista y lo morboso. Chicago es una cinta ESPECTACULAR. Cumple con lo que promete y no desentona en ningún momento. Las actuaciones son simplemente geniales, Renee Zelwegger está sumamente genial al igual que Catherine Zeta-Jones, Richard Gere, Queen Latifah y Jhon C. Reilly. Los números musicales están muy bien compuestos: algunos brotan de la imaginación de la protagonista (Roxie) y otros simplemente se dan en el momento (Cell Block tango forma ya parte de uno de los momentos más increíbles de la historia del cine). Chicago nos reivindica los mejores años de Broodway con una extrema sutileza imposible de obviar. Totalmente justos sus 6 premios (aunque el de mejor película hubiera sido extremadamente discutido con una poderosa Las Horas que también merecía el máximo galardón).
En general son dos musicales que nos recuerdan lo hermoso que es poder sentarse y disfrutar de la gente bailando, cantando, transmitiendo vida y sentimiento.