Nota: (9/10)
No soy muy fan de las películas de Scorsese, su talento es indiscutible y sus películas con el pasar de los años se han vuelto en clásicos del cine, pero en su vasto índice fílmico como realizador hay títulos que no han llenado mis expectativas, otros que sí, y otros que simplemente me han dejado atónito ante su maestría; tal es el caso de su última y más reciente producción: Shutter Island.
Para esta ocasión, Scorsese vuelve a trabajar junto al destacado actor Leonardo DiCaprio que ya brilló con él en anteriores films (Pandillas de Nueva York, El aviador, Los infiltrados), y a ese reparto se unen otras estrellas como Mark Ruffalo, Ben Kinsley, Michelle Williams, entre otras.
Shutter Island es una película que aborda temas difíciles de tratar (no hablaré de la sinopsis porque ya mucho la saben), se inmiscuye en el complicado mundo mental e indaga con perspicacia los planos psicológicos de un ser humano. El film nos presenta la historia en forma de rompecabezas donde lo irreal se convierte en realidad y lo insospechable en lo más acertado posible. El espectador en cada minuto de secuencia de la película se toca con ese algo, pista o descubrimiento que infunde misterio pero a la vez va construyendo la trama misma de la cinta, y presenta un final paradójico el cual cautiva de manera subjetiva y deja una lluvia de preguntas al vacío: ¿Qué es real? ¿Qué es ficción? ¿Qué ha sucedido?... y tan solo uno mismo puede tener la respuesta.
Shutter Island es un film atrapante; desde el primer minuto el espectador de engancha con la trama y sigue así hasta el último segundo del metraje. Posee una buena estructura y un buen argumento. La intriga y el suspenso son los ingredientes que mantienen activo el interés por el film, y los que no se pierden en ningún momento.
Scorsese realiza un meritorio trabajo como director, destacadísimo; la forma en la que nos adentramos en los recuerdos del protagonista y en sus alucinaciones es brillante (ver la escena en la que contempla a su esposa y a su hija mientras se incendia el auto, segundos antes de irse al faro). El guión (adaptado por cierto) es simplemente magistral, cargado de parlamentos inteligentes y sutiles acordes a la esencia misma de la proyección. El aspecto técnico está muy bien elaborado: la fotografía está de lujo, la ambientación de igual manera y acompañada de un sonido impecable. La banda sonora está bien trabajada, pero muy repetitiva para el metraje. De las actuaciones la más sobresaliente es la de DiCaprio que vuelve a robarse la pantalla con una valiosa interpretación; tan solo restar a un Mark Ruffalo que resulta algo insípido y un Ben Kinsley que no realiza mayor cosa.
Desde ya se constituye en una recreación viva que este buen cine aún nos deleita y nos hace disfrutar una placentera tarde o una refrescante noche.
Lo mejor: La historia en sí, la ambientación, y la combinación Scorsese-DiCaprio que por primera vez (para este humilde servidor) logra convencer.
Lo peor: Unos pequeños errores de edición.