Recapitulando el buen cine: Juno (2007)

Luego de su debut como director con la hilarante comedia negra e irónica Gracias por fumar, el también guionista Jason Reitman volvió con una segunda película que guardaba ese esquema y estilo personal característico de él; se trataba de Juno. Ellen Page dio vida al personaje principal: Juno, una adolescente que vive su vida de una manera “diferente”, madura y divertida a la vez. Juno queda embarazada de su mejor amigo y luego de esa etapa de absorbente confusión en la que incluso pensó en la idea de abortar, se decide por tener a su hijo y entregarlo a un matrimonio que goza de apariencias. Juno no es una comedia típica, tampoco es una película que busque hacernos reflexionar sobre el embarazo en la adolescencia y muchos menos un film que retrate los problemas de los jóvenes de hoy. Juno es una película que nos muestra la vida desde la perspectiva de una adolescente que toma sus propias decisiones, que le da igual lo que otros piensen de ella, y que se siente segura de sí misma, y aunque no se lo muestre abiertamente también nos habla sobre los temas en los que los padres e hijos deben guardar relación y que por algún motivo no se tratan (vivencias escolares, experiencias sexuales, problemas con amigos, etc); parece ser simple, pero al captarla y visionarla resulta absolutamente poderosa, creativa y original.

Juno nos deleita por muchas razones: el argumento, los diálogos, los personajes, las escenas, todo en general se entrelaza para darnos a probar un bocado de lo bueno que pude ser Reitman como director. Page realiza una excelsa actuación al igual que muchos otros del elenco. El guión es tan fresco y sutil al mismo tiempo que invita al espectador a inmiscuirse en una historia en la que incluso puede ser un participante más. La música está acorde al género y no vaga y no se pierde, sino que encaja perfectamente en las escenas.

Juno es una de esas películas con ese ánimo independiente que no se puede pasar por alto.