El Golpe.

Desde que la vi se convirtió en una de mis películas preferidas, ya sea porque me parece que tiene uno de los mejores guiones escritos, o por ser la obra más redonda jamás rodada. Sea el motivo por el que sea adoro este film, una mezcla más que considerable de buen cine comercial con argumento puro e innato.

Sinopsis: Chicago, años treinta. Redford y Newman son dos timadores que deciden vengar la muerte de un viejo y querido colega, asesinado por orden de un poderoso gángster (Robert Shaw). Para ello urdirán un ingenioso y complicado plan con la ayuda de todos sus amigos y conocidos.

¡Qué ingenuos somos!

Robert Redford encarna al chaval sabiondo que va aprendiendo de apoco en el negocio del timo. Su frescura para interpretar a este personaje hace que sea absolutamente creíble, y cada una de sus facetas a lo largo del film las interpreta magistralmente. En realidad, el film me parece que no ha tenido la relevancia que para mí merece tener; es recordada por los 7 oscars que cosechó en 1974, incluidos los de mejor película, dirección y guión original; pero más allá de ello, muchos la encasillan como una muestra (sobresaliente, eso sí) de puro cine comercial, cuando en realidad la película no se estanca meramente en presentarnos cualquier tipo de historia, sino que nos presenta un argumento que de a poco se vuelve muy interesante en su desarrollo haciendo que el espectador se plantee un sinnúmero de circunstancias a lo largo que la trama avanza. En el film somos invitados participar de la maquinación de una venganza, con un estilo propio de los mayores timadores existentes, donde se nos enseña cómo perpetrarla sin cuotas de sangre, persecuciones o mutilaciones.

El golpe es una muestra perfecta de cine, una lección magistral de cómo contar una historia sin dejar ningún cabo suelto; una combinación perfecta sobre las mañas de la astucia y la comedia universal. La relación casi paternal que mantiene el personaje de Redford con Luther es reforzada con claridad para que en base a su muerte se pueda perpetuar el plan de redención. Luego el personaje que interpreta Newman, Henry Gondorf (encantador como siempre) se presenta de manera brillante para efectuar el lanzamiento de aquel plan. Newman y Redford ya habían deleitado la pantalla con Dos hombres y un destino, película que por cierto aun tengo pendiente de ver, y habían logrado lo que justamente consiguieron en El Golpe, enamorar a las taquillas. Ambos films obtuvieron grandes éxitos en su paso por los cines, generando grandes recaudaciones. La dupla funcionaba, tanto para el público como para la crítica. Aquí la excelente química que manejan los personajes hace que todo se vuelva más fácil y llevadero.

El golpe como mapa cinematográfico sabe mantener atento al espectador y llevarlo de un momento de tensión a otro de relajación, con una sutiliza y divertimento que en estos tiempos se extraña con mayor frecuencia. George Roy Hill consigue plasmar un film entretenido, una maravillosa puesta en escena (esos decorados se extrañan hoy en día), y una música adaptada que no solo encaja en la película, sino que volvió a reivindicar aquella melodía que ya es parte tradicional del gran oeste americano. La fotografía también es maravillosa.

El golpe tiene una vuelta de tuerca al final que nos asusta e hipnotiza, pero a la vez logra ser preciso y ratifica su grandiosa labor. No lo deja a la deriva, no lo entendemos en un inicio, pero de pronto todo se hace más especial, y al menos a mi solo me queda aplaudir su inteligencia ¿Ya dije que su guion es espléndido? Tiene unos giros argumentales precisos. Siempre digo que una historia tiene que tener consistencia en lo que nos plantea, mucha credibilidad y que funcione correctamente con el desarrollo de la película; de nada valdría tener una excelente decorado si el argumento es una tortura. En este film no existen aquellos términos, todo es preciso, nada sobra. Aun los personajes que de pronto pensamos que no tienen nada que ver, son de importancia en el film, y se mantiene activa su justificación.

Vale también hablar de su metafórico desarrollo. El golpe es cine dentro de cine. Nos engañan, ponen una idea en nuestra cabeza, nos la creemos y al final nada es lo que parece (¿Hablo de más?), tal cual pasa en el cine. Metáfora gloriosa.

Newman y Redford logran convertirse en una de las mejores y mayores duplas en el cine. En El Golpe queda demostrado el poderío que tiene una gran historia, una excelente puesta en escena y el entretenimiento garantizado. ¿Se quejan de que si una película tiene un buen guion es lenta? ¿o no tiene nada de entretenido? Observen este film y entenderán por qué me gusta tanto.